Divorcio o viudez, un reto para la mujer

Divorcio o viudez, un reto para la mujer

                                                               Psic. y Tanatólogo Andrés de González Argüelles

 

“Los hombres que no perdonan a las mujeres sus pequeños                                                                  defectos jamás disfrutarán de sus grandes virtudes“- Khalil Gibran

En nuestro trabajo, la tarea es acompañar a personas con dolor y sufrimiento, y este es el caso de las pérdidas por divorcio y viudez.

Ahora bien, recordemos que acompañar significa:

Consolar y motivar para que la persona supere el duelo.                                                                                   Cada persona seguirá un proceso único e irrepetible, apegado o no a las etapas clásicas descritas por la doctora Elizabeth Ross:  negación, ira, negociación, depresión y superación.                                 Efectivamente, algunos viven momentos o períodos de shock, otros de juicio y culpa, otros viven también el perdón.

En fin, se trata de procesos complejos y múltiples que será necesario observar y definir con el objetivo de dar un mejor apoyo y acompañamiento al doliente.

El divorcio y la viudez constituyen pérdidas harto significativas, y lo ideal sería en el caso de la viudez, poder llegar a asumir, apropiarse y sentir esas palabras sabias de Anthony de Mello, cuando se amaba al esposo:

     …  “La verdad es que no puedo

           Echarte de menos, porque estoy

           Llena (o) de ti” …   Es decir, ya no te extraño tanto porque vives en mí.

 

En caso de que no se le amaba al cónyuge que muere, o también existía violencia y abuso, pues se trata de soltar y sanar: 

Ya no existes físicamente, ahora te suelto,                                                                                                                     me desapego de ti para vivir plenamente                                                                                                                y feliz mi vida. No permitiré jamás, volver a                                                                                                                      ser violentada por un hombre, elijo el amor                                                                                                                    en la libertad, el respeto y el compromiso.

Ahora bien, en el caso de divorcio o separación, el planteamiento pudiera ser como sigue:

…   “Ya no quiero extrañarte,

       tampoco odiarte por mi

       salud emocional.

        Quiero ser libre,

        desapegada de ti.

        Sigue tu camino

        y yo el mío.” …

 

Buscando y descubriendo significados en estos duelos podemos decir, sentir, expresar:

Ya no está; pega durísimo muchas veces; es una pérdida catastrófica;  significa una carga muy pesada y gran responsabilidad   con los hijos ahora huérfanos.   Y la ¡carga económica!  y el miedo al futuro.

Todo esto nos sumerge en un duelo con sentimientos de tristeza, coraje, culpa, soledad, impotencia, rabia, amargura y resentimiento.  En ocasiones también se descubren problemas en la salud física.

El duelo puede ser una experiencia  de sufrimiento total:  física, mental, emocional y espiritual.

¿Cómo te sientes? Triste, devastada, impotente, abrumada,                                                                           cargada, débil, enferma, nerviosa, con miedo.                                                                                               Traicionada, furiosa, dolida, resentida, con sed de venganza, cansada, estresada,, confundida.

 En el lado opuesto,  “quiero y puedo sentir paz, agradecimiento, ser amada, fuerte, bendecida, con fe, optimista, alegre”.

En el primer grupo de sentimientos descritos priva el aislamiento, la ansiedad, ira y confusión; mientras en el segundo: la adaptación, la vida y superación del duelo.

El problema o riesgo  realmente no radica en sentirse como describimos, esto es totalmente normal, la complicación reside en atorarse en el duelo y ser presa de esos sentimientos durante años y entonces “ya no es vida” , es más bien  “sobrevivir al dolor, sufriendo y sufriendo y sufriendo”.

Por ello hablaremos un poquito del duelo atorado, situación en la que damos vuelta  y vuelta y vuelta al asunto; nos presentamos como víctimas ante los demás; somos un manojo de lamentos; estamos llenos de quejas y tristezas con culpa, mucha culpa hacia sí misma o en contra de otro (s) . 

¡Ah!, y la salud?  claro que se va deteriorando ante ese cúmulo de sentimientos y emociones que a diario nos desgarran y traemos continuamente a nuestra mente. Esto provoca la disminución de las defensas o baja en el sistema inmunológico, lo que permite que toda una gama de patógenos (virus, bacterias, hongos), se aniden en el cuerpo, y eso sin considerar las alteraciones en los nervios, el desequilibrio en la presión sanguínea, o los cambios bruscos en la glucosa, y en fin, toda una serie de estados patológicos o de enfermedad de todo tipo.

Ahora bien, pareciera todo ello un panorama desolador y espeluznante, pues  no se asusten, no todo es negativo, ya que cuando logramos iniciar un proceso para superar el duelo e ir sanando las heridas en nuestro corazón, viene la aceptación, la superación, los nuevos planes de vida, el retorno al trabajo y actividades cotidianas (la escuela, la casa, la familia, los amigos…), también iniciamos o reiniciamos el crecimiento personal y espiritual.

 

 

Hábitos y prácticas saludables.

Ahora vamos a ver brevemente cuales son los hábitos saludables que podemos desarrollar para evitar atorarnos en el duelo y así dejar de sufrir, con el objetivo y la consecuencia de ser más felices, no totalmente felices tal vez pero sí más felices, a pesar de ya no tener o contar con esa persona de la cual te divorciaste,  murió, o  huyó.

Es importante señalar que los siguientes son guías generales, lo mejor es un programa personalizado para superar el duelo, ya que las circunstancias son irrepetibles, así como las personas afectadas por el divorcio, tendrán una diferente historia, carácter, personalidad y temperamento. Conviene un tratamiento tanatológico individual y para los hijos de divorciados.

1.- En primer lugar está la paciencia y la perseverancia.                                                                                                En efecto, la paciencia  y un poquito de esfuerzo nos permite engendrar  la perseverancia   tan necesaria en los momentos de dolor, aridez, sufrimiento y duelo. 

2.- La pro-actividad, es decir, una actitud propositiva y activa con base en nuestros valores, que ayuda a  no estar en la postura contraria de reactividad, esperando a que se den los acontecimientos fuera de nosotros para entonces reaccionar.

3.- Compartir los sentimientos y emociones con personas que no nos juzguen, pero sí comprendan nuestro dolor y nos acompañen amorosa y asertivamente . No es saludable aguantarse o reprimir los sentimientos y las lágrimas, deben fluir para poder sanar internamente nuestras heridas. Existe el mito de que si los reprimimos, nos hacemos más fuertes. En realidad si bloqueamos la ira, la culpa, el resentimiento, vergüenza o la tristeza, iremos por la vida cargando un pesado costal que nos va impedir volver a ser felices,  amar y recibir amor de manera plena, ya que estaremos amargados. Una persona amargada tiene  una perspectiva de culpa o resentimiento muy fuerte, es carente de  empatía y por lo tanto, tiene muchos conflictos en su vida con las demás personas. Las pérdidas y las derrotas generan crisis en nuestras vidas que podemos aprovechar para crecer, para avanzar, para lograr la excelencia, o sumergirnos en la amargura, la decepción y el pesimismo. Esto último, si es pasajero, está bien, es normal sentirnos “de la patada” ante la muerte del ser amado o un divorcio, por lo que será necesario aprender a ser resiliente, es decir, desarrollar  “ la capacidad de superar y sacar lo mejor de las situaciones más adversas de la vida”.

En efecto, el duelo, si bien puede ser muy doloroso,  difícil y penoso, se puede transformar en un camino de crecimiento, en una ruta hacia la excelencia, enfrentando los obstáculos de manera que se convierten en peldaños o escalones para subir, para crecer, para mejorar.

4.- Vivir cada día, o vivir un día a la vez, disfrutando y enfrentando los retos de cada día sin agobiarnos por el pasado ni llenarnos de ansiedad, preocupación o miedo por el mañana. ( esto no se contrapone con ser previsor) . En este caso, hay que disfrutar de la compañía y amor de las personas más cercanas, compartiéndoles nuestro dolor. ( tendremos su consuelo y ayuda)

5.-Practicar conductas preventivas que nos permitan evitar esfuerzos, gastos inesperados y evitar al máximo complicaciones “inesperadas” a nivel económico, de salud, en la familia, y en el trabajo. Así por ejemplo podemos citar la importancia del ahorro y la inversión, prevenir gastos funerarios, asegurar el automóvil, obtener seguro médico, seguro para proteger nuestra casa, etc.

6.- Practicar algún deporte o práctica de ejercicios de manera cotidiana

7.- Elaborar un video con fotografías y música representativa del difunto, y presentarlo durante un homenaje familiar en el cual se crea un ambiente para la intercomunicación, los abrazos, poder llorar, contar anécdotas del fallecido.

8.- Practicar, inducir, favorecer el perdón para poder sanar las heridas e iniciar una vida nueva. Y no perdonar porque el fallecido o el divorciado  “merezca” el perdón, pero a la persona ofendida le conviene liberarse de la carga del resentimiento para no volverse una persona amargada, es decir, infeliz.

 

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Autor

Andrés de González Arguelles. Tanatólogo.
viernes 12 febrero 2021

Psicólogo y Tanatólogo Certificado por la AMTAC con más de 20 Áños de Experiencia.

Profesor de Diplomado de Tanatología en diversas universidades como UASLP, UCEM,UVAQ. Conferencias y cursos en IMSS, ISSSTE y otras instituciones.

Miembro de la Asociación Mexicana de Tanatología.

Director del Centro de Tanatología Vida y Plenitud.

Cuenta con Diplomados en Tanatología por la Universidad Colegio Latinoamericano de Educación Avanzada y Musicoterapia en Sociedad Peruana de Medicina Alternativa y Universidad Científica del Sur.

Ofrece conferencias de Tanatología mensuales sin costo en VALLE DE LOS CEDROS CAMPOSANTO.

  • Emergencia Tanatológica: 444 120 07 84.